NARANJO BAJO LA LLUVIA


Hacía ya algunos meses, por la primavera, Tom Fernández me había comentado que tenía muchas ganas de subir al Naranjo con su hermano. En ese período hacemos unas cuantas salidas juntos a escalar y de vez en cuando sale el tema.

Hablamos mucho acerca de la primera escalada y de las repeticiones posteriores. Hablamos sobre el tema del cainejo y de Pidal, también a colación Victor y sus hijos los hermanos Martinez. Sin duda fascinante la conversación sobre los pioneros. Pero claro esta que por fascinante que sea la historia lo realmente fascinante es vivirla uno personalmente, en carnes propias.
Para resarcir esta sed de experiencias y poner forma y grado a las extensas conversaciones sobre la vía Pidal-Cainejo, a principios de septiembre la escalamos juntos.
La vía es emocionante en todos los sentidos.

La escalada de la  clásica vía norte del Naranjo es lo más parecido a zambullirse en primera persona al escenario de una novela histórica. No cualquier cosa.  El argumento es intenso y emotivo, perfecto, redactado por la más brillante, grandiosa e imaginativa escritora de todos los géneros; la vida misma.Este fin de semana por fin todo coincide como debía para que los hermanos Fernández, Tom y Jose, pudieran subir a urriello a cumplir su anhelo de escalar juntos el Naranjo.

Hay que decir en honor a la verdad que las condiciones no eran las mejores.
De madrugada al levantarnos una lluvia fina amenazó con enviarnos otra vez a la cama, pero en el transcurso del desayuno paró y pudimos salir a buscar el día. Las linternas iluminan nuestros pasos en dirección a la cara sur, somos los primeros y vamos tranquilos.

La temperatura ya otoñal nos obliga a escalar forrados de ropa. La roca esta fría y sufrimos de manos.Una vez en la última reunión y dispuestos a escalar en corto el anfiteatro una lluvia fina lo empapa todo, incluidos nosotros. La pregunta casi sobra pero por si acaso la formulo
¿subimos igual no? la respuesta es contundente

¡si claro! Después de 20 minutos trepando bajo la lluvia estamos en la cumbre celebrando la primera ascensión de José y la primera conjunta de los dos hermanos Fernandez, yo también la celebro aunque no tengo ni idea de cuantas llevo.

En la cumbre un sol negro nos deja con la miel en los labios. Amaga con salir de entre las nubes pero no acaba de calentarnos el cuerpo entumecido por la lluvia y las bajas temperaturas. Ha llegado el otoño para quedarse. El descenso nos respeta un poco, sale algún rayo de sol y la ropa se seca.
El Naranjo hoy nos ha enseñado el colmillo para que no olvidemos quien manda, aunque quien manda aquí lo hemos tenido siempre muy claro.



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