GUIADA EN FRESNIDIELLO
La peña de Fresniediello es una de las mejores y más asequibles paredes de valle que hay en Asturias. Sita en la vertiente más oriental de macizo central de los Picos de Europa. Su orientación, proximidad y moderado equipamiento, en compendio con su magnífica roca y las grandes montañas que la rodean, hacen que esta pared ofrezca unos trazados bonitos y con ambiente.
Macizo de Ándara desde la pared de Fresnidiello |
Este primaveral domingo pasado hago en esta ruta la
primera guiada en pared de la temporada.
La idea principal era ir un día entre semana, pero
la llegada del mal tiempo provoca el adelanto de la escalada.
Quedo en verme con Tom, mi cliente y camarada, en posada de Llanes a las 8 de la mañana. Pasamos los trastos a su coche y sin más nos encaminamos a Sotres.
Quedo en verme con Tom, mi cliente y camarada, en posada de Llanes a las 8 de la mañana. Pasamos los trastos a su coche y sin más nos encaminamos a Sotres.
El ritual de encordarse |
Vamos teniendo una charla amena hablando un poco de
todo, y en un momento dado los dos simultaneamente emitimos una exclamación. Como
no podía ser menos, la vista del Naranjo nos perturba, el gran tótem de la
escalada hace que nuestra atención se centre en el, nos pasa a los dos por
igual, tanto a mi como guía, que he estado muchas veces en la cumbre y escalado
todas sus caras, como a Tom que ha estado menos veces ahí arriba. El encanto
del Picu es inmenso.
Al paso por las Arenas me siento nostálgico, he
vivido en este precioso pueblo y lo siento un poco mío.
Al introducirnos en el desfiladero la cabeza se nos
va a todas partes, mirando todas las grandes paredes, imaginando líneas de
escalada en ellas.
Tom en el tercer largo |
Aparcamos el coche a la entrada de la pista de
pandebano. Preparamos las mochilas y nos disponemos a caminar hacia nuestro objetivo.
Tenemos suerte en no tener cordadas por delante.
Iniciamos la escalada sin prisas, calentando el
cuerpo aun torpe por la caminata. Los primeros metros, aunque esté trabajando,
me hacen disfrutar mucho. Tocar las presas pinchudas e irregulares de la caliza
de montaña me produce una sensación de bienestar muy reconfortante.
Tom también disfruta de los largos y los pelea muy
bien.
Reunión con ambiente |
Es un placer escalar con él, porque además de ser una persona muy interesante sabe lo que se trae entre manos, ha hecho los cursos de tecnificación en escalada conmigo y sabe hacer todas las maniobras perfectamente.Los largos centrales son una pasada. Prácticamente desequipados, aunque sencillos, ofrecen una escalada de una belleza enorme. Veo cómo crece la sonrisa de Tom a medida que crece la distancia que nos separa del suelo. En el último largo nos coge la sombra lo que me obliga a ponerme el forro polar. Tom no tiene frio. La cumbre de Fresniediello nos recibe esplendida, bañada por una luz radiante y una brisa fresca de primavera.
Tom en la cumbre |
Un
fuerte apretón de manos y un abrazo certifican la felicidad que nos produce
estar de pie sobre esta pequeña gran cumbre de los Picos de Europa, a la que sin
duda, volveré pronto.
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