EN BUSCA DE UNO MISMO 1ª PARTE

La palabra es ¡agobiado!

Si, realmente agobiado me estaba sintiendo las últimas semanas. 
En realidad por nada en concreto, nada serio, nada palpable, ningún problema aparentemente. ¿Entonces qué pasa por que me siento así con este decaimiento anímico tan desagradable? Es cierto que desde que no estoy en el refugio mi viva ha cambiado un poco, ahora vivo en una ciudad y no en la montaña como en los últimos cuatro años, tengo vida de persona, voy a entrenar con los amigos, tomo algo, también he salido de noche, incluso dicen que se ha me visto cantando en un karaoke cosa que ni confirmo ni desmiento. 

Todo esto me agrada pero no acabo de estar bien ni de encontrarme a mí mismo. ¿Sera sobredosis de montaña? No, porque en la montaña me siento bien pero al llegar a casa un extraño sentimiento me perturba y no sé qué es, algo pasa, no estoy bien, ¡creo que estoy depre joder!, ¿yo, por qué? Pues porque sí.

Lo hablo con mi amiga Helena y como buena amiga en su estilo dulce y comprensivo me dice cuatro cosas bien dichas -¡levanta la puta cabeza de una vez idiota!- jajaja. Pues sí, tiene razón, voy a levantar la cabeza y a creer en mi pero para eso tengo que dejar atrás a los fantasmas que me persiguen, con lo cual mejor poner tierra de por medio y esperar que no me encuentren.

¡PUES ME LARGO A PIRINEOS!
amanece sobre los gigantes pirenaicos


Hablo con los amigos afincados allí a ver cómo están las condiciones y si alguien tiene libre para hacer actividad. Parece que el hielo está un poco fino aun pero para el esquí de montaña la cosa pinta bastante bien. No se hable más, cargo esquíes de Telemark,  arva, pala y sonda, unos crampones y un piolet ligero y rumbo a Jaca.

Cuando llego son las siete y media de la tarde y hay seis grados bajo cero, esto es Pirineos.
Me recoge mi amiga Cintia a la que hace un tiempo que no veo y entre una rica sopa de verduras y unos tragos de vino nos ponemos al día de nuestras vidas antes de empezar a hablar de lo importante, la montaña. Cintia lleva ya tres temporadas en Jaca y conoce muy bien esta parte del Pirineo así que me dejo guiar por su criterio a la hora de elegir objetivo. Rápidamente la mesa se cubre de mapas de los valles circundantes, Astun y Candanchu al lado de casa, Tena y Ossau un poco mas lejos. Pero sera después del necesario sueño.

Cintia haciendo de guía local me enseña los preciosos valles del Pirineo


Al amanecer, desde la ventana de la habitación veo lo que me había imaginado que vería. La cúpula celeste está en plena transición entre la noche y el día. Al oeste, algunas estrellas titilantes  resisten aun en actitud altiva, como si plantaran cara a la arrolladora luz del día que nace brillante y nítido, en forma de helador amanecer. Las cumbres de los gigantes Pirenaicos se bañan de un color anaranjado muy intenso mientras los valles, mas perezosos, siguen inmóviles por la fuerte helada y la penumbra    . . .  Continuara . . . 

Comentarios

  1. Animo Xuacu, has de mirar al frente y piensa que lo pasao, pasao ta.
    Un saludu.
    Nico.

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  2. En eso estamos Nico, pero cuesta romper con una forma de vida.

    Un abrazo!

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