Vía de Las Tormentas. Galayos
Una vez más el Galayar.
Galayos, o el Galayar, es una concentración de agujas graníticas en la vertiente sur de la sierra de Gredos en el llamado sistema central montañoso Español. Es un rincón geológico alucinante, una joya, y claro esta un paraíso para la escalada de aventura.
Tengo el placer de conocer este lugar a la edad de 16 años. Fue en mi primer viaje de escalada fuera de Asturias. Un lluvioso mes abril de 1999 nos tenia condenados al rocodromo y surgió la posibilidad del viaje (para mí entonces era todo un viaje) me enrolé sin pensarlo y así descubrí Galayos. El tiempo no estuvo muy bueno pero pude entones escalar el Torreón y el Gran Galayo, dos escaladas sencillas pero muy bonitas. Alguna vez más durante los años siguientes me acerco a escalar aquí pero es durante la formación de guía cuando de verdad descubro a fondo los secretos del Galayar. Con los formadores Raúl Lora y Fernando Hernandez voy conociendo vías increíbles y difíciles.
Vía de Las Tormentas.
La vía de Las Tormentas a las Berroqueras es una ruta preciosa de 300 metros con un gran ambiente alpino. Su dificultad no es muy alta pero su compromiso es notable pues está totalmente desequipada, por ello deberemos contar con bastante material en el arnés.
Encontramos la vía en unas condiciones un tanto desagradables. Las lluvias de la semana han dejado las paredes húmedas y el viento frió dominante en altura no ayuda a mejorar la situación. Iniciamos la escalada de la Tormentas con humedad y una temperatura de 6º.
El segundo largo también está húmedo pero es sencillo y se protege muy bien.
Es el tercer largo el que nos introduce en una escalada más vertical. Hay varias maneras de entrar, yo escogí la que me resultó más segura. Se trepa en dirección a una chimenea sucia y a medio camino se abandona hacia la derecha en pos del filo de un espolón, el paso se protege bien y el espolón ofrece una escalada bonita y seca.
El resto del largo es un delicioso diedro-fisura de dificultad sostenida. Si se hace en 60 metros la gemelada está asegurada y hay que prever material suficiente para montar una reunión pues la vía está totalmente desequipada a excepción de dos simbólicos clavos. Molesta un poco una planta para salir a la reunión pero así es la montaña…
El diedro se protege estupendamente con aliens o con empotradores. Para un escalador de caliza proteger así de bien es una sensación preciosa, y menos mal porque llevo las manos heladas.
El cuarto largo es más asequible a excepción de un par de resaltes. Visto desde la reunión es muy impresionante, son dos techos fisurados seguidos pero al cocer mengua. El primer paso es el más duro pero se protege a placer, consiste en un par de empotramientos para poder subir un pie a un sitio cómodo encima del techito y el segundo es una salida atlética de buen canto y mejor protección. Una pasada de largo.
Lo que resta hasta la cumbre es una placa tumbada fácil (expuesta) y una sucesión de resaltes sobre bloques.
El descenso se hace hacia el collado de la Peña del águila donde encontraremos el primero de los tres repeles que nos depositaran a pie de vía.
Una muy buena vía para amantes del terreno de montaña.
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